Celebramos la fiesta de San José de Calasanz. Y vuelve a ser una auténtica celebración, como cada año, la de hoy. A pesar de las limitaciones sanitarias con las que todavía contamos y que nos impiden las reuniones como acostumbrábamos. 

Hoy es un día para volver a poner la mirada sobre quien comenzó esta historia 400 años atrás, quién nos sigue inspirando y sosteniendo; dejar que nos podamos seguir impregnándonos de su carisma, de su tesón y coraje, para que las Escuelas Pías sigan siendo lo más fieles a su intuición, para descubrir y vivir desde ese centro desde el que fundó, vivió y entregó su vida.

 Conscientes del momento en el que vivimos y de los retos que nos plantea la actualidad: la crisis sanitaria y de pandemia, las personas desplazadas y refugiadas de unos países y otros, los y las menores indefensos y vulnerables en tantos sitios, quienes sufren los terremotos y otros desastres, las consecuencias del cambio climático… hoy más que nunca vemos la necesidad de ofrecer cauces y oportunidades desde la Educación y el Pacto Educativo Global.

También es un día para ensanchar nuestra mirada y pensar en todas las realidades que viven hoy desde el mismo espíritu de Calasanz, que es nuestra misión y que comienza pronto un nuevo curso, el del 21-22, que estamos ya preparando, y que unidos a toda la Orden queremos vivirlo “Cerca de ti”. Damos gracias por la vocación de Calasanz y le pedimos también que nos siga enviando personas dispuestas a vivir desde las mismas claves que le sostuvieron durante toda su vida.

Recibid un abrazo fraterno de la Congregación Provincial. Javier, Juan, Ion, Javi y Jesús.