Información nº123
Reiniciar en Alcañiz

Esta pasada semana hemos podido pasar unos días en Alcañiz. Javier Negro, Juan Ruiz y Jesús Elizari hemos compartido la vida de nuestra comunidad religiosa y algunos momentos con las personas del Equipo de Misión compartida que, en medio de la organización de este inicio de curso, nos han podido dedicar algunos ratos.
Desde allí nos hemos conectado para nuestras reuniones semanales de Equipo Provincial de Presencia y Congregación provincial, y disfrutar a la vez de los momentos comunitarios de oración, de las comidas y sobremesas, y de una reunión comunitaria en la que compartir las situaciones personales y los objetivos comunitarios. También tuvimos la suerte de poder visitar el masico – pese a la sequía de este verano y al tiempo de pandemia, Secundino y Marcos lo han mantenido y hemos probado varios de sus frutos- y las dos parroquias en Valmuel y Puigmoreno que la diócesis nos tiene encomendadas.
Participamos también en una reunión del Equipo local de presencia, conectados con Raúl González, delegado provincial de presencia, repasando el objetivo principal del Proyecto de Presencia escolapia en Alcañiz, la sostenibilidad del proyecto y los equipos que lo animan y el cuidado de la identidad escolapia de las personas y de cada ámbito de vida y misión.
Muchos de vosotros conocéis bien Alcañiz. Su larga historia se ha ido forjando con la vida de un gran número de escolapios, que en diferentes etapas habéis formado parte de su comunidad y su proyecto. Al visitarles repasamos muchos nombres e iniciativas, y queda patente el agradecimiento a lo que en cada época y contexto se ha ido trabajando. Y se afianza el compromiso por seguir impulsando esta presencia nuestra, la única hoy en la tierra de Teruel. Cumpliendo los 291 años como colegio, un poco antes llegaban los escolapios llamados por el Ayuntamiento, recordamos las generaciones de alcañizanos, también unas cuantas ya de alcañizanas, que han transitado por aquellos pasillos y paredes beneficiándose de su oferta educativa y religiosa. Entresacamos algunas líneas de las crónicas que nos remontan a aquellos primeros pasos, al año 1729:
“ … habiendo oydo los de Alcañiz, y algunos visto y experimentado, con cuánta razón aclamaba la fama y vos pública, los adelantos en la parte instructiva, y en la educación verdaderamente Christiana hacían los Padres de las Escuelas Pías en las fundaciones que ya tenían en Aragón; Barbastro, Daroca, y otros dentro y fuera del Reyno, desearon ardientemente… Con este y otros motivos, resolvió el Ayuntamiento de esta ciudad solicitar, como lo hizo, la fundación de los Escolapios… otorgaron una escritura de Concordia, con todos los pactos y obligaciones recíprocas en el día 30 de julio de 1729, consignando perpetuamente al rector y a la Religión sobredicha, 120 libras jaquesas … hasta el año 1817, en que el Señor Yntendente de Aragón, mandó que se aumentase hasta la cantidad de seis mil reales d vellón …
Creyeron todos con dicha escritura, quedaban ya allanadas y zanjadas todas las dificultades que podían ocurrir, mas al poco tiempo se observó, que sobre tomar incremento las primeras, ocurrían otras … Finalmente, y después de muchos meses, pudieron vencerse los obstáculos y dificultades que lo entorpecían, y revocando la referida Concordia se convinieron de nuevo… Todo ello testificado por el mismo notario, Miguel Josef Figuera… Debe hacerse también mención del primero Padre rector que hubo, por ser de los padres fundadores que Alcañiz vinieron, y cuya confianza, honor y aprobación mereció, el padre Agustín de San Juan Bautista, que después fue Provincial de los Reynos de Aragón y Valencia, y a quien se le debe una Gramática y Retórica nunca bastante ponderada que luego se imprimió… “
Colegio Escuelas Pías, pags 130/135. Memorias para escribir la historia de la ciudad de Alcañiz. Recogidas, compiladas y adiccionadas por D. Mariano Ardid y Plano, natural y vecino de dicha ciudad. 1852.
Mucha historia para recordar e investigar, muchos nombres de escolapios y crónicas, listados de alumnado y de actividades pastorales y educativas… ¿cómo serían aquellos escolapios, aquellos chavales, aquel Alcañiz que nos llamó y en el que tantos escolapios convivieron? Sin duda un Alcañiz muy diferente, con la población concentrada en torno a este centro histórico, al edificio del Ayuntamiento, la lonja, la parroquia, nuestro colegio de San Valero… Una población que ha ido evolucionando al ritmo de la historia, desplazándose físicamente a barrios nuevos, a las zonas de más abajo, cambiando culturalmente … También nosotros como escolapios hemos cambiado, intentando que nuestro proyecto recoja lo mejor de las épocas pasadas, ampliando nuestra propuesta y la manera de animarla, incorporando personas que encarnan y viven nuestro Carisma… pero manteniendo la voluntad de seguir presentes, de continuar acompañando y compartiendo en esta ciudad. De colaborar a un futuro mejor de las familias que se acerquen a nuestro proyecto.
Actualmente nuestro colegio cuenta con 280 niños y niñas, desde 1º de infantil hasta 4º de ESO, y con un claustro de profesores y profesoras, 22 personas, 12 de ellas de jornada completa, un equipo de PAS y servicios (administración y conserje, comedor y cocina, limpieza y mantenimiento) de 7 personas, que despliegan los objetivos educativos compartidos con el resto de colegios de la Provincia, desde el Secretariado de Colegios, desde los planes de Itaka-escolapios, desde los equipos de Emaús. Proyectos que como en todas partes, son realidad gracias al empeño de muchas personas, a muchas horas de trabajo bien organizado y liderado desde equipos locales y provinciales. Podemos conocerlo o profundizar en ellos desde la desde la web del colegio: www. alcaniz.escolapiosemaus.org
La comunidad religiosa, no es la primera vez que su número es así de reducido, tres escolapios, no hace falta que os la presente. Tampoco hoy son tiempos de invitaros a visitarla, y eso que la acogida ha sido una de sus señas de identidad. Personalmente recuerdo con cariño las dos nochebuenas, misa de gallo incluida, que compartimos allí nuestras comunidades… Llegarán días de volver a organizar meriendas y encuentros en el masico. Mientras tanto, les recordamos hoy y mandamos nuestro agradecimiento por su trabajo y su labor de presencia. A Marcos Refusta, bien conocido y querido entre las gentes de Alcañiz, como os imagináis nunca ocioso, preocupado siempre por colaborar y servir en lo que sea necesario; Secundino Comín, también bien enraizado en aquella realidad, párroco de los dos pueblos, barrios, de Puigmoreno y Valmuel. Cercano y sensible a sus habitantes, buen conocedor y amante de la historia y sus vestigios, y Alberto Alonso, recién llegado, gracias a quien hemos podido reforzar nuestra presencia comunitaria después de la brusca despedida de Ángel González. Alberto ya ha asumido alguna de sus tareas allí, la Eucaristía diaria en la comunidad de las Anas y la de los sábados por la tarde en nuestra Iglesia, y le deseamos que descubra y disfrute todo lo que aquella realidad ofrece. Gracias Alberto.
Junto con ellos tres, y dando pleno sentido a la expresión “Misión compartida”, el equipo de este nombre comparte un sentimiento de familia escolapia, de testigos de Calasanz en aquel medio, y se esfuerza por crecer juntos en la Fe y el compartir comunitario; Silvia, Carmen, Pili, Arantxa y Eva, y Carmen José, Dorita y Sergio. Daros las gracias es sólo una manera de expresar la alegría de sabernos bien cuidados y acompañados. Conscientes del esfuerzo compartido por llenar de significado la acción escolapia.
Así, en este año tan extraño, nos ha tocado estrenar el curso en alcañizano. Y las fechas de las fiestas del Santo Ángel, y de la Virgen de los Pueyos. Con una plaza vacía en el chupinazo, pero pudiendo acudir a una de las celebraciones religiosas, la dedicada a la vida consagrada desde la parroquia. Javier nos presidió allí la Eucaristía.
Como en tantos lugares, una ciudad con mucha tradición religiosa – han sido multitud de congregaciones y órdenes religiosas a lo largo de la historia- , que se ha ido reduciendo. En el mundo educativo, la oferta de Iglesia, y mucho de la oferta pastoral, la representamos entre nosotros, nuestro colegio y el resto de la presencia (la sede de Itaka-escolapios, la presencia y testimonio en la vida social y religiosa, en los diferentes equipos, y las dos parroquias rurales), y el colegio de la Inmaculada – Santa Ana, de las religiosas del mismo nombre, con las que tenemos la responsabilidad de ser la imagen de Iglesia, las ofertas de Escuelas Católicas en la ciudad.
Nos contaban cómo el río que riega y enriquece aquellas tierras, el Guadalope, modesto y no tan conocido desde fuera, pero testigo de la historia de Alcañiz, y que aporta las aguas turolenses al Ebro, es uno de los mejor planificados, aprovechando la fuerza de sus aguas en riego, embalses, ofertas deportivas y de pesca, cuidado ecológico, fuerza hidroeléctrica … Ojalá también nosotros sepamos planificar así nuestras fuerzas escolapias para el bien de las generaciones futuras.









Comentarios recientes