2. Amigo invisible de audios: La actividad final para casa puede ser que se graben una nota de voz para otra persona de clase que les ha tocado en el amigo invisible. Se pueden enviar esos audios por Teams al profesor y se puede compartir durante un tiempo, se escuchan durante septiembre etc. El profe se lo puede enviar a cada uno, cada día… Imaginación al poder. Pueden ser mensajes para toda la clase en vez de amigo invisible y sirven para acompañar la oración de la mañana de cada día…
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Textos bíblicos
Números 7, 89
Cuando Moisés entró en la tienda del encuentro para hablar con Dios, oyó la voz que le hablaba desde la placa que cubre el arca de la alianza, entre los querubines; desde allí le hablaba.
Deuteronomio 4, 33-40
¿Ha oído algún pueblo a Dios hablando desde el fuego, como tú lo has oído, y ha quedado vivo? ¿Intentó algún dios acudir a sacarse un pueblo de en medio de otro con pruebas, signos y prodigios, en son de guerra, con mano fuerte y brazo extendido, con terribles portentos, como hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros contra los egipcios, ante vuestros ojos? Pues a ti te lo mostraron, para que sepas que el Señor es Dios y no hay otro fuera de él. Desde el cielo te hizo oír su voz para instruirte, en la tierra te hizo ver su fuego terrible y escuchaste sus palabras entre el fuego. Porque quiso a tus padres y escogió a sus descendientes, él en persona te sacó de Egipto con su gran poder, para desposeer a pueblos más grandes y poderosos que tú, para llevarte a su tierra y dártela en heredad, cosa que hoy es un hecho. Así pues, reconoce hoy, y aprende en tu corazón, que el Señor es Dios, arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Guarda los mandatos y preceptos que te daré hoy; así os irá bien a ti y a los hijos que te sucedan y prolongarás la vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar para siempre.
Deuteronomio 30, 10-14
Si escuchas la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; si te conviertes al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma, porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: ¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará para que lo cumplamos?; ni está más allá del mar, no vale decir: ¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará para que lo cumplamos? El mandamiento está a tu alcance: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.
Isaías 6, 8 (Vocación del profeta)
Entonces escuché la voz del Señor, que decía: ¿A quién mandaré?, ¿quién irá de nuestra parte? Contesté: Aquí estoy, mándame.
Jeremías 1 (La voz del profeta)
Entonces me fue dirigida la palabra de Dios en estos términos: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí”. Yo dije: Ay Señor, que no sé expresarme, que soy un muchacho. Y me dijo el Señor: no digas, “soy un muchacho”, pues adondequiera que yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás. Mira que he puesto mis palabras en tu boca… por mi parte te he convertido en plaza fuerte, en pilar de hierro, en muralla de bronce, frente a toda esta tierra.
Oseas 2 (La voz de Dios que seduce)
Voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón, allí le daré sus viñas…y ella responderá como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. Y sucederá aquel día que ella me llamará: “Marido mío”, y no me llamará más: “Baal mío”. Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré en justicia y en derecho, en amor y en compasión, te desposaré conmigo en fidelidad, y tu conocerás a Dios
Salmo 18, 2-7
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Salmo 28
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria ha tronado,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los cedros del Líbano.
Hace brincar al Líbano como a un novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.
La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.
La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.
Salmo 94
Ojalá escuchéis hoy su voz
Mateo 3, 16-17 // Marcos 1, 11 // Lucas 3, 22
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua y en ese momento se abrió el cielo y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Se escuchó una voz del cielo que decía: —Éste es mi Hijo querido, mi predilecto.
Mateo 17, 5 // Marcos 9, 7 // Lucas 9, 35
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa les hizo sombra y de la nube salió una voz que decía: —Éste es mi Hijo querido, mi predilecto. Escuchadle.
Mateo 3, 3 // Marcos 1, 3 // Lucas 3, 4 // Jn 1, 23
La voz que grita en el desierto, preparad el camino al Señor.
Juan 5, 24-25
Os aseguro que quien oye mi palabra y cree en aquel que me envió tiene vida eterna y no es sometido a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.
Juan 10, 1-5 Las ovejas oyen la voz del buen pastor. Él las llama por su nombre
Os lo aseguro: —El que no entra por la puerta en el redil, sino saltando por otra parte, es ladrón y asaltante. El que entra por la puerta es el pastor del rebaño. El portero le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca. Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas detrás de él, porque reconocen su voz. A un extraño no le siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños.
Juan 10, 11-16 El buen pastor. Las ovejas escuchan su voz
Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, escapa abandonando las ovejas, y el lobo las arrebata y dispersa. Como es asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor: conozco a las mías y ellas me conocen a mí, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y doy la vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no pertenecen a este corral; a ésas tengo que guiarlas para que escuchen mi voz y se forme un solo rebaño con un solo pastor.
Juan 11, 43-44 La voz de Jesús levanta, despierta, revive…
Dicho esto, gritó con fuerte voz: —Lázaro, sal afuera. Salió el muerto con los pies y las manos sujetos con vendas y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: —Desatadlo y dejadlo ir.
Hechos de los apóstoles 9 La voz de Jesús que llama a la conversión
Iba de camino, ya cerca de Damasco, cuando de repente lo deslumbró una luz celeste. Cayó en tierra y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Contestó: —¿Quién eres, Señor? Le dijo: —Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Ahora levántate, entra en la ciudad y allí te dirán lo que debes hacer. Los acompañantes se detuvieron mudos, pues oían la voz pero no veían a nadie.
TEXTOS
TIEMPOS DIFÍCILES
Estos son tiempos difíciles.
Son tiempos de prueba y de desafío,
pero son también tiempos de
oportunidad.
Y frente al desafío y la oportunidad,
nosotros sabemos a dónde acudir:
“Tú tienes palabras de vida eterna,
y nosotros creemos y sabemos
que Tú eres el Santo de Dios”.
(P. Arrupe)
MI NOMBRE EN TUS LABIOS
Escuché de ti mi nombre
como nunca antes.
No había en tu voz reproche
ni condiciones.
Mi nombre, en tus labios,
era canto de amor,
era caricia, y pacto.
Con solo una palabra,
estabas contando mi historia.
Era el relato de una vida,
que, narrada por ti
se convertía en oportunidad.
Descubrí que comprendías
los torbellinos de siempre,
las heridas de antaño,
las derrotas de a veces,
los anhelos de ahora,
y aún sin saber del todo
en qué creía yo,
tú creías en mí,
más que yo mismo.
Así, mi nombre
en tus labios
rompió los diques
que atenazaban
la esperanza.
José María R. Olaizola, sj
LLAMADA
¡No me mandes callar!
No puedo obedecerte.
Tu perdón me ha quemado como un fuego
y lo tengo que hablar
siempre y a todos,
aunque me lo prohíbas,
o, aunque no me lo crean.
Si, por eso, me echan de esta tierra,
saldré hablando de Ti.
Diré que eres de todos,
siempre el mismo,
que tu amor no depende de nosotros,
que nos amas igual, aunque no amemos;
nuestro título ante Ti es la pobreza
de no amar.
Que eres voz que llama siempre
a cada puerta,
con nombre exacto, inconfundible;
que no pides nada,
das y esperas
el tiempo que haga falta;
que no fuerzas los ritmos de los hombres,
que no cansas,
no te cansas,
y que tu amor es nuevo cada día;
que te dolemos todos,
cuando no te buscamos.
Diré muchas más cosas:
que basta con mirarte en cualquier sitio,
porque todos son tuyos,
para ser otra cosa;
simplemente
para ser persona.
¡Señor, que chispa a chispa,
no me canse
de prender este fuego!
Ignacio Iglesias, sj
A ABRIR CAMINO ME LLAMAS
No hay caminos en mi vida, Señor;
apenas senderos
que hoy abro y mañana desaparecen.
Yo estoy en la edad de los caminos:
caminos cruzados, caminos paralelos.
Yo vivo en encrucijada
y mi brújula, Señor,
no marca el norte.
Yo corro cansado hacia la meta
y el polvo del camino
se me agarra a cada paso,
como la oscuridad a la noche.
Yo voy a galope caminando,
y a tientas busco un rastro,
y sigo unas pisadas. Y me digo:
¿Dónde me lleva el camino?
¿Eres quien ha extendido
a lo largo de mi vida un camino?
¿Cuál es el mío?
Si Tú me lo has dado
me pertenece.
¿Dónde me lleva? Si Tú lo has trazado
quiero saber la meta.
¿Voy solo? ¿Camino en grupo?
Tengo miedo que mi cantimplora
y mi mochila se queden vacías
y a mi lado nadie comparta conmigo.
Señor, Tú sales al paso en mi camino
para marcar mi rumbo.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me indica, palmo a palmo,
mi ruta por el llano
o la montaña escarpada.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me arranca de mi siesta,
de mi vida fácil y segura,
de los míos y de lo mío.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me lanza a ser apoyo,
y servicio, y comprensión, y alegría,
y ayuda… de los otros.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me arranca de mí,
y me hace grupo.
Señor, yo busco tu camino (sólo uno),
y me fío de tu Palabra.
Dame fuerza, tesón a cada paso
para caminar contigo.
Dame un grupo de amigos decididos,
prontos a la marcha.
Llevaremos nuestra tienda
te llevaremos con nosotros,
y serás cada día,
quien oriente nuestra marcha.
Yo busco ahora un camino, Señor.
Tú, que eres Camino,
da luz verde a mi vida
pues a abrir camino Tú me llamas.
¡ABRE TU PUERTA!
Señor:
Tú llegas a nuestro mundo
y nos invitas a abrir la puerta
de nuestro corazón
a todos los hombres.
Tú ya nos dijiste
que eres Tú quien viene
cuando alguien llama
a nuestra puerta.
Tu palabra es ésta:
“He aquí que estoy a la puerta y llamo.
Si alguno oye mi voz
y abre la puerta,
Yo entrará y cenaré con él
y él conmigo”.
Señor:
que sepamos escuchar tu voz,
esa voz que nos llega
por nuestros hermanos.
Que abramos la puerta
para acogerte a Ti,
y en Ti a todos los hombres.
DAME TU FUERZA
Padre, haz que mis ojos vean lo que Tú ves,
haz que mis oídos oigan
el estruendo de tu voz
en las ondas de lo creado.
Haz que mi hablar sea
un baño de palabras de néctar,
que se viertan sobre hombres
presa de amargura.
Haz que mis labios sólo canten
los cantos de tu amor y tu alegría.
Padre amado,
realiza por medio de mí la obra de la verdad.
Ten mis manos ocupadas
en servir a todos los hombres.
Haz que mi voz esparza de continuo
semillas de amor para Ti
en el terreno de los hombres que te buscan.
Haz que mis pies avancen siempre
por el camino de la justicia.
Guíame de mi ignorancia a tu luz.
Padre, mueve mi corazón
y hazme sentir simpatía
por todas las criaturas vivientes.
Que tu Palabra sea el Maestro de la mía.
Piensa con mis pensamientos,
porque mis pensamientos
son tus pensamientos,
mi mano es tu mano,
mis pies son tus pies,
mi vida es tu fuerza
para hacer justicia entre los hombres.
Yoganada. “Gritos y Plegarias”, p. 303
ESCUCHARTE Y VERTE
SEÑOR JESÚS:
Te alabamos porque has vuelto a amanecer
con cada uno de nosotros,
regalándonos este día.
Nos tienes junto a Ti,
dispuestos a serte fieles.
¿SABREMOS ESCUCHAR HOY TU VOZ?
Te alabamos porque has dejado tu voz
escrita en la Biblia.
Te alabamos porque tu voz
también nos llega por los amigos,
y la vemos escrita en las estrellas,
en las flores más sencillas del jardín,
en la sonrisa de nuestros compañeros,
en el apretón de unas manos,
en la Eucaristía de tu Cuerpo y Sangre.
Tú nos quieres serviciales con todos,
entregados en el trabajo y en el juego.
Tú te escondes entre los libros,
juegas entre nosotros,
estás rezando con nosotros.
¿SABREMOS VERTE HOY?
Danos atención para poder verte
allí donde nos esperes;
que sepamos escucharte
donde Tú quieras hablarnos.
ME LLAMA TU VOZ
Desde todos los rincones
me está llamando tu voz.
Siento tu mirada
en muchos ojos que me miran.
Oigo tu palabra
en muchas voces que me gritan.
Y en aquellos que me necesitan,
veo tu mano extendida.
Eres Tú quien me pregunta
cuando veo ese niño hambriento,
o esa madre extenuada
con su hijo a la espalda.
Sé de muchos hombres
que no oyen tu evangelio,
y de otros que malviven
en chabolas malolientes,
y de muchos más que roban
para poder seguir viviendo.
Y todos ellos me gritan en silencio
que no viva tan tranquilo.
¿Qué puedo hacer yo?
Esos niños que juegan en el barro
porque no hay sitio para ellos
en la escuela,
y ese hombre sin ganas de vivir
porque no encuentra sentido a su vida,
y tantos que sufren en las cárceles,
y los que, libres, no tienen libertad,
porque otros les niegan la palabra…
Pero también en todos ellos,
y desde todos los rincones de la tierra,
me está llamando tu voz.